Cuando hablamos por teléfono o por la computadora, me parece que a veces no sabes qué decirme. Soy muy pequeñito y no sé muchas palabras, pero me gusta oírte hablar y me encanta que me cuentes cosas sobre mí y sobre lo que hago durante el día. Entonces, envíale un correo electrónico a alguien en casa que yo quiera mucho y pregúntale qué hice ese día. ¿Hice algo nuevo hoy? Por ejemplo, ¿dije una palabra nueva o logré pararme? ¿Voy a un centro de cuidado infantil? ¿Quién es mi maestra? ¿Quiénes son mis compañeritos? ¿Pensamos hacer algo especial, como ir al zoológico? ¿Vamos a hacer algo habitual, como ir al almacén para comprar alimentos? Cuanto más sepas sobre mí y mis actividades del día, más fácil te será hablar conmigo. Después de obtener información sobre mí de alguien en casa que me guste, podrás armar un relato sobre mi día y contármelo. Podría ser algo así: “Sé que fuiste al centro de cuidado infantil y pasaste un rato con la señorita Talya. Sé que leíste cuentos con tu amiguito Mika y que armaste un fuerte grandote con bloques. Cuando vuelva a casa, podríamos construir juntos un fuerte con bloques”.
