La mayoría de los niños que no son hijos de militares crecen cerca de sus abuelos, tíos, primos y amigos de la familia de toda la vida. Las familias de militares, en cambio, se mudan con frecuencia y no pueden recurrir al apoyo acostumbrado del círculo familiar ampliado en la vida diaria. Como parte de su plan de autocuidado, sería útil que creara su propio grupo de apoyo para su familia y especialmente para su hijo. ¿Cómo hacerlo? Comience por asistir a las actividades familiares ofrecidas por los centros comunitarios o por su unidad militar a fin de conocer a otras familias. Asista a los grupos de juego matutino o súmese a los parroquianos de una iglesia local. Cuando conozca a otros padres, podrá observar cómo interactúan con sus propios hijos. Si le gusta lo que ve, invítelos a encontrarse con usted para conocerse mejor. Pueden encontrarse en un parque de la localidad donde los niños puedan jugar juntos. Al entablar relaciones amistosas con personas de los alrededores, en poco tiempo tendrá amigos que puedan cuidar a sus hijos. Pueden turnarse para cuidar a los niños y organizar días en que todos los niños jueguen juntos. Esto le ayudará a superar los momentos difíciles cuando su familia tenga que enfrentar períodos de separación. Pasar tiempo con personas con quienes nos llevamos bien también es una forma muy buena de aliviar el estrés. Construya su grupo de apoyo con una persona conocida a la vez.